La polémica Toblerone sobre halal ha sido suscitada por una campaña que ha promovido un grupo de extrema derecha de Suiza contra la marca, por haber tomado la decisión y lograr la incorporación de la Certificación Halal, ha puesto en el debate la madurez de la sociedad europea para satisfacer la amplia diversidad de los consumidores en un mercado cada vez más diverso, sin tener la necesidad de entrar a valorar la libertad de elección de dichos consumidores o de los fabricantes por satisfacer esta creciente demanda.
Halal es lo lícito y lo bueno
Halal es un término árabe que aparece en varias ocasiones mencionado en el Corán y que hace referencia a las cosas, alimentos o conductas que están permitidas y por tanto son lícitas para el ser humano, según la Ley Islámica. En general es un concepto global, entendible por un musulmán en cualquier parte del mundo y aplicable a multitud de productos de alimentación pero también a otros relacionados con la cosmética, la higiene, el turismo o la economía. La palabra Halal aparece pocas veces en el Corán y en su mayoría es relacionada con la palabra tayyib -bueno- lo cual vincula lo que es permitido con aquello que es bueno y beneficioso para la salud humana.
“Oh vosotros que habéis llegado a creer! No os privéis de las cosas buenas que Dios os ha hecho lícitas pero no transgredáis los límites de lo correcto: en verdad, Dios no ama a los que transgreden los límites de lo correcto. Así pues, comed de las cosas buenas y lícitas que Dios os da como sustento, y sed conscientes de Dios, en quien creéis. (Corán 5:87-88)”.
Sin embargo la posición reaccionaria de la extrema derecha en toda Europa, que está en auge, y la posición tan cerrada de algunas asociaciones vinculadas al mundo animal y alineadas con la política verde, han confluido en la idea errónea de que los sacrificios religiosos, Halal y Kosher, son contrarios al bienestar animal. Para ello han utilizado un falso doble mantra y lo repiten hasta la saciedad: 1- El sacrificio religioso es sin aturdimiento y 2- El sacrificio sin aturdimiento es maltrato.
Con estas dos afirmaciones, entre otras cosas, están obviando el mandato religioso, coránico y de la Torá, en el cual se impide maltratar a los animales y se obliga al creyente a procurar el menor sufrimiento posible a los mismos, durante su crianza, transporte y por supuesto en el momento del sacrificio. Además se obvia que la mayoría de los musulmanes somos animalistas, en tanto en cuanto que los animales son parte de la creación y deben ser tratados con respeto y con delicadeza, tanto si se trata de animales destinados a su carnización como las mascotas o animales de compañía.
La polémica Toblerone: islamofobia de manual
Ahora además, algunos grupos minoritarios de consumidores vinculados a partidos políticos de extrema derecha, como la AfD en Alemania, han decidido ampliar las críticas e incluso llamar al boicot de los productos Halal, no ya sólo a la carne y por supuestos motivos de bienestar animal, sino a cualquier producto que incorpore la Certificación Halal, señalando al Islam como una amenaza y alertando a la sociedad de que este paso supone una mayor visibilización del Islam en Europa, así nace la polémica Toblerone. Una vía de financiación para las comunidades islámicas y en definitiva el crecimiento de una identidad musulmana europea. Intentando con ello confundir los aspectos religiosos con los culturales y mezclando medias verdades con argumentos falsos como que se financian mezquitas donde se radicalizan luego los jóvenes, que se favorece la discriminación de la mujer o que se crean guetos o zonas de no paso. En esta ocasión la empresa atacada ha sido la famosa firma de chocolates Toblerone, una industria con mercado en todo el mundo, que ya desde abril consiguió obtener la Certificación Halal sin tener que modificar la fórmula ni el sabor de sus chocolatinas para ello.
La certificación halal es un signo de calidad, también en la polémica Toblerone
Dicho esto cabe recordar que el cacao es una materia prima de origen vegetal y que se consume desde hace siglos a lo largo y ancho de todo el mundo, tanto por su sabor, su olor como por sus propiedades positivas sobre la salud y el bienestar de las personas. En el contexto del mercado Halal es una materia prima de bajo riesgo, considerada Halal y Tayyib, utilizado en multitud de productos alimenticios, desde la confitería, pastelería o bollería hasta los batidos o postres lácteos.
Es precisamente en su posterior uso y mezcla con otros ingredientes y en los complejos procesos de producción, no antes, donde se requiere una mayor vigilancia y control hasta llegar el punto de requerir una trazabilidad o de realizar análisis sobre el producto final, aspectos incluidos de manera estandarizada en la mayoría de las certificaciones Halal que emiten organismos europeos.
Por tanto el hecho de contar con una Certificación Halal, voluntaria en Europa pero obligatoria en otros muchos países importadores, responde principalmente a la estrategia de internacionalización de la empresa, en este caso Toblerone, a su deseo de hacer llegar sus productos a más lugares y para lo cual tiene que cumplir con una serie de requisitos de cliente o de país que sin duda generan una mayor confianza en el conjunto de los consumidores de la OIC. Y en todo caso, como se suele decir, cuatro ojos ven más que dos, y en este tiempo de grandes procesos técnicos y tecnológicos, que una entidad externa cualificada más pueda controlar algunos de estos productos debería ser un motivo para sentirse más seguro en el consumo.
Y en ningún caso, para terminar con algo de humor, cabe pensar que por comer un producto Halal certificado te pueda crecer más la barba, brotar un burka en la cabeza o entrarte unas ganas irrefrenables de inmolarte, nada más lejos de la realidad pues lo Halal es algo positivo, algo bueno que el Islam y los musulmanes aportan a la sociedad. La polémica toblerone es una quimera…