Sean las alabanzas más excelsas para Allah, el Altísimo, el Creador, Aquel que inicia y moldea las formas de lo visible y lo invisible. Sea la azalá de Allah y su salam sobre aquel que abre, sobre aquel que sella, sobre aquel que mantiene el absoluto valor y es digno de alabanza; sea, igualmente, sobre sus gentes y sobre sus compañeros en la excelencia hasta el Día del Juicio.

As-salam ‘alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu,

Queridas hermanas, queridos hermanos ya se acerca el final de Ramadán. Se extingue la brillante luna del sagrado mes hasta dar paso a una noche oscura en la que los creyentes esperan una nueva luna para cesar su ayuno. El ‘Eid al-fitr, insh’Allah, será un día de fiesta y bendiciones donde nosotros nos reencontraremos con una bendita normalidad. Y una de sus más bellas tradiciones es sin duda el pago del azaque del Fitr (Zakat al-Fitr), una Sunna que a menudo la convertimos en una práctica mecánica, si bien su significado es mucho más rico y profundo.

Su fundamento está en el Corán y en una serie de hadices de Sayyidina Muhammad ﷺ que ha recogido la Sunna en la que se nos indica qué hacer y cómo hacerlo. Veamos algunos:

Oh, vosotros que creéis, hombres y mujeres, protectores sois los unos de los otros. Gozad de lo bueno y prohibid lo dañino, estableced la azalá y pagad el azaque y obedeced a Allah y a Su Mensajero. Esto es lo que os muestra la rahma de Allah, pues, en verdad, Él es Todopoderoso, el Sabio (Corán 9: 71).

El Mensajero de Allāh ﷺ ordenó a todos los musulmanes esclavos o libres, hombres o mujeres, a pagar un Sa’ [3,24 kg] de dátiles o cebada como Zakat al-Fitr (Sahih Bukhari, 1504).

El Profeta ﷺ ordenó a la gente que pagara el Zakat al-Fitr antes de ir a la oración del Eid (Sahih Bukhari, 1509).

Estuve presente en el Eid con Umar bin Khattab. Comenzó con la oración antes del sermón, y dijo: «El Mensajero de Allah ﷺ prohibió el ayuno en estos dos días, el Día de Fitr y el Día de Adha. En cuanto al Día de Fitr, es el día en que se rompe el ayuno, y en el Día de Adha se come la carne de los sacrificios» (Sunan Ibn Majah, 7: 1722).

Estos tres hadices nos dan una pista de su importancia, no es una recomendación sino una obligación (fard). Esto significa que todo musulmán o musulmana, independientemente de su condición, debe cumplirlo siempre que no sea elegible para ese azaque. Debemos recordar que el azaque que damos cada año no es caridad ni una sadaqa, sino un impuesto a nuestro bienestar que significa la redistribución social. La oportunidad que otros tengan lo que nosotros disfrutamos. No se da por pena, sino por justicia (‘adl) que es uno de los valores clave en el islam. Porque es un purificar los bienes de la persona, de esa forma el azaque es uno de los pilares (arkan) de la doctrina islámica y el Zakat al-Fitr es una extensión de este pilar hacia la comunidad en un día concreto: el día del Fitr. Traer justicia social para los más necesitados en un día clave donde todos queremos disfrutar y festejar que nuestro bendito ayuno ha concluido.

Los hadices lo dejan claro es una orden (amara) de nuestro Mensajero ﷺ, no es optativo: «El Mensajero de Allāh ﷺordenó a todos los musulmanes esclavos o libres, hombres o mujeres, a pagar un Sa’ [3,24 kg] de dátiles o cebada como Zakat al-Fitr». Se debe entregar, antes del rezo, una cantidad simbólica para que no le falte alimento la comunidad en un día de reconexión con nuestra naturaleza (fitr) después del ayuno. Lo damos cada miembro de una unidad familiar a un necesitado, en situación de necesidad real, que no puede estar a nuestro cargo. El valor simbólico tiene mucho más sentido que el literal y, alhamdulillah, se abre a interesantes consideraciones.

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Una de las consideraciones más importantes es como ser capaces adaptar estos hadices a un mundo donde el Sa’ ya no es una medida o no consumimos cereales crudos, sino que usamos el dinero como elemento de cambio. Nuestro mundo cambia y con ello la forma que tenemos de interpretar y acercarnos a estas realidades. ¿Es tan solo entregar unos paquetes de arroz? ¿Es entregar una cantidad calculada? ¿O debería implicar otras consideraciones?

En España se suele calcular que el Zakat al-Fitr en torno a unos 5€, considerando el kilo de la harina o el arroz. En otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, son unas 5£ y en Alemania unos 12€. Pero ¿de verdad que hemos de quedarnos con lo estimado en un cálculo con alimentos de primera necesidad cuando vivimos en alguno de los países más con más PIB del planeta? ¿Nos conformaremos con dar solo un par de paquetes de arroz cuando nuestras cuentas corrientes, alhamdulillah, tienen varios ceros?

En un mundo donde rige la cantidad y la comodidad, lo cómodo es que alguien nos diga cuanto tenemos que pagar y pagamos. Pero el Zakat al-Fitr es un ejercicio activo, para consideremos que significa el bienestar y la justicia. Ese precio, que se ofrece a través de entidades islámicas, lo que calcula no es el Zakat al-Fitr en sí, es una estimación de cuál sería el mínimo a considerar y para que nosotros pensemos cuanto deberíamos dar. Pensemos por un momento que nuestra cuenta del banco tiene varios ceros, que cobramos una buena nómina, que tenemos coche, casa y vacaciones: ¿Deberíamos contentarnos con dar como Zakat al-Fitr 20€ si somos dos adultos con dos sueldos y dos niños? Cuando Sayyidina Muhammad ﷺ dice que todo musulmán o musulmana, incluidos los esclavos de entonces, tiene que darlo es por este sentido. Hay gente en una posición mucho peor que nosotros, gente que no puede gozar de nada y que merece ese día que en su mesa no falte no lo básico, sino que no falte una alegría o la fiesta en tan magno día. Pensemos y seamos generoso

Cualquier modalidad de azaque lo que busca, lo que anhela es justicia e igualdad entre unos y otros, no solo satisfacer lo mínimo y olvidarnos. El azaque es un ejercicio de dhikr (recuerdo) y de fikr (reflexión) sobre aquello que Él, Altísimo, nos ha otorgado. Además, de la famosa purificación que todos tenemos en mente.

Quiera Allah que siempre seamos dadores de azaque y que nunca falte los bienes en nuestra mesa. Quiera Allah hacernos generosos y justos. Quiera Allah encontrar bendiciones en la sabiduría de sus palabras y en las de su Mensajero ﷺ. Quiera Allah darnos nuestro rizq en esta vida y en la que habrá de venir. Quiera Allah despojarnos de las cadenas del egoismo y la cantidad. Quiera Allah hacernos de los justos. Amen.

 Así, pidamos a Allāh, el Altísimo, la luz de su Mensajero ﷺ para que nuestros corazones no se consuman en el fuego de la inmediatez y las palabras, antes de atisbar la plena realidad (ḥaqq bi-l ḥaqq).

Pidamos a Allāh luz y salām para ser agradecidos con su creación y superar los miedos al poder auténtico que debe regir en nuestros corazones.

Pidamos a Allāh que, a través de la pureza, incremente nuestro imān, limpie nuestros corazones y los llene de luz muhammadiyya.

Pidamos Allāh que purifique el alma de nuestros antepasados, la nuestra, la de nuestros padres y la de todos los creyentes.

Dicho esto, pido a Allāh bendiciones para todos. Que nuestras palabras estén bajo la obediencia a nuestro rabb, el Señor de los mundos.

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