Tal como lo adelantamos en el primero de esta serie de artículos que abordan las cuestiones relativas a la traducción del Noble Corán desde la perspectiva islámica.
Para avanzar con cierto orden, vamos a ir contestando una por una las preguntas más frecuentes que formulamos en el primer texto introductorio de la serie, y reza como sigue:
- ¿ Es posible traducir el Noble Corán desde la óptica de las personas musulmanas? o dicho de de otra manera, ¿Es posible traducir el texto coránico que creemos que tiene origen divino, prodigioso e inimitable, a un lenguaje “humano”, hecho por seres humanos intrínsecamente limitados por su espacio, tiempo y medios disponibles en tiempo, intelecto, salud, medio social, etc.?
Formulada la pregunta, vamos a intentar contestarla conforme a las premisas expresadas en el primer artículo: un lenguaje meramente divulgativo evitando al máximo la complejidad de la aproximación puramente académica por pura consideración al destinatario de dicho. Se trata del común los musulmanes no arabófonos que desean, y pretendo que deben, formar una opinión fundada sobre este tema que afecta a su vida individual y comunitaria diaria como es el acceso al texto coránico.
Para abordar el tema de la licitud y sus condicionantes, debemos remontarnos a los albores del surgimiento del islam, con el antecedente profético, y las discusiones y opiniones expertas de las autoridades de las ciencias islámicas hasta principios del siglo XX.
Basta con un repaso histórico de las reflexiones y debates en el marco islámico sobre la traducción del Noble Corán para darse cuenta de dos características básicas: la marginalidad y las reservas. Y lo es así por razones de orden histórico, sin olvidar las razones de orden estructural a las que se enfrenta el investigador interesado en la traducción del Corán desde la perspectiva musulmana (véase nuestro estudios histórico publicado en la revista especializada en traducción Turyuman, Tomo 25, núm. 2, 2016).
Sin embargo, todas estas reflexiones que se extienden en más de doce siglos parten, como no puede ser de otra manera, de las fuentes principales de la legislación islámica: el Corán y Sunna (tradición profética).
En el Noble Corán encontramos una serie de aleyas o versículos que aluden a la relación del mensaje coránico con el aspecto lingüístico y la transmisión del mensaje.
Los versículos coránicos relativos al tema se pueden dividir en dos enfoques:
- la vinculación con el árabe: no cabe duda de que existe una relación de sinergia total entre el Noble Corán y la lengua árabe. De hecho, el Noble Corán se considera como el prodigio eterno por un motivo lingüístico. No olvidemos que el mensaje coránico aparece en una zona marginal de las grandes civilizaciones del momento, en un territorio tribal que no tenía más tesoros que su idioma. Un idioma que se cultivaba principalmente en forma de poesía. Por tanto, la recitación de fragmentos del Noble Corán era una de las estrategias más efectivas para convencer de la veracidad del mensaje. Un hecho que, como indican varios estudiosos, contribuyó decisivamente en la conservación de la lengua árabe como lengua litúrgica de esta religión y lengua vehicular de la civilización islámica, con sus innumerables comunidades lingüísticas.
- “He descendido el Corán en idioma árabe para que puedan comprender sus significados en su contexto.” (Yusuf, 2)
- He revelado el Corán en idioma árabe, y expuse en él toda clase de advertencias para que tengan temor de Dios o los haga reflexionar. (Taha, 113)
- Este Corán ha sido revelado en idioma árabe y sin contradicciones, para que tengan temor de Dios. (Azzumur, 28)
- “Un Libro en que los signos son explicados detalladamente. Expresado en idioma árabe para gente que comprende” (Fussilat, 3)
- “Te he revelado el Corán en idioma árabe para que amonestes a la madre de las ciudades y a todos los que habitan en sus alrededores. Para que adviertas acerca del día de la reunión [para el Juicio Final], sobre el cual no existe duda alguna. [Luego del Juicio,] un grupo irá al Paraíso y otro al Infierno.” (Achura, 7)
- “…que he revelado el Corán en idioma árabe para que lo puedan comprender” (Azujruf, 3)
(nos hemos servido de la versión de Isa García)
- La universalidad del mensaje y la diversidad prodigiosa de las comunidades lingüísticas:aparentemente incompatible con el primer extremo adelantado, el Corán insiste en varias ocasiones en que su mensaje es universal, por ser el mensaje definitivo de Alá para la humanidad. Además, el Noble Corán insiste en varias ocasiones en que la comunidad de la fe no es necesariamente una comunidad lingüísticamente monolingüe. Más aún, dicha diversidad se expresa como uno de los signos de la grandeza de la creación del universo en general, y la especie humana en particular. Dice Alá (Alabado sea):
- “Ellos son los que Dios ha guiado, sigue su ejemplo. Y diles [a los que te rechazan]: «No les pido remuneración alguna a cambio, este es un Mensaje para todo el universo” (Al Anaam, 90)
- “No te he enviado [¡oh, Mujámmad!] sino como misericordia para todos los seres.” (Al Anbiyaa, 107)
- “Bendito sea Quien reveló la fuente de todo criterio a Su siervo [el Profeta Mujámmad], para que con él advierta a todos los mundos” (Al Furqan, 1)
- “El Corán es un Mensaje para toda la humanidad.” (Sad, 87)
- “Entre Sus signos está la creación de los cielos y de la Tierra, la diversidad de sus lenguas y colores. En esto hay signos para quienes comprenden.” (Arrum, 22)
En lo que se refiere a la segunda parte de los antecedentes, se puede reseñar un hecho al que aluden las reflexiones respecto a este tema. Se trata de un suceso acaecido al Noble Compañero del Profeta (SAWS) Salman Al Farisi. Como lo indica el nombre, era de origen persa. El mismo Profeta le mandó a su comunidad para enseñarles los mandamientos del islam que acababan de abrazar. La comunidad de Salman le rogaron que les enseñara el capítulo de la apertura (Al Fatiha) en persa para que pudieran llevar a cabo las oraciones prescriptivas por su desconocimiento del árabe. El Noble Compañero lo hizo y a su vuelta a ver al Profeta se lo contó y éste último no se lo reprochó. Lo que constituye una admisión de un hecho relativo a la legislación y sienta un antecedente que resultará crucial en los debates posteriores.
En la siguiente entrega, abordamos las discusiones y divergencias científicas basadas en los antecedentes arriba mencionados.