Aqida at-Tahawia (1): Introducción

Presentamos la edición y traducción de la Aqida del Imam Tahawi realizada por Abderramán Mohamed Maanán y publicada en WebIslam.com durante 2013.

Presentación

La ‘Aqîda es la cosmovisión, el conjunto de ideas-fuerza, de convicciones íntimas y profundas, de raíces y certezas poderosas, que están en la base del Islam, las que lo hacen ser lo que es. La palabra ‘Aqîda significaba originalmente firmeza, resolución, nudo, pacto…, y es la energía que anida y deriva de principios sólidos y percepciones intensas que se van engarzando y conforman la conciencia y rigen la acción y el oriente de cada musulmán. ‘Aqîda también significa collar, y cada una de sus cuentas es una joya del Islam. Esos fundamentos estructuradores de la personalidad espiritual del musulmán y de su comunidad están resumidos en la Shahâda, el primero de los pilares del Islam, que consiste en proclamar lâ ilâha illâ llâh (No hay más Verdad que Allah) y muhámmadun rasûlullâh (Muhammad es el Mensajero de Allah). Las connotaciones, implicaciones, compromisos y exigencias de estas dos frases fueron desarrolladas por el Corán y la Práctica y Enseñanzas del Profeta: la Sunna, considerada la mejor interpretación del Libro.

Muchos autores musulmanes han escrito breves obras -llamadas a su vez ‘aqîdas– en las que exponen esa cosmovisión, intentando recoger y explicar lo esencial del Islam con fidelidad escrupulosa a las fuentes de las que emana (el Corán y la Sunna). Es el caso del texto que ahora ofrecemos traducido al castellano, en el que su autor -el Imâm at-Tahâwi (Egipto, s. IX d. C.)- nos presenta la ‘Aqîda con una claridad y contundencia que lo hicieron célebre. Su breve libro es considerado fiel al mensaje comunicado por Muhammad, y es una magnífica introducción al conocimiento del Islam. En esa obra encontramos expresadas de modo suficiente las bases (los usûl) que sirven de cimiento a todo el Islam. De ella dijo un gran sabio, el Imâm as-Subki: “Las cuatro escuelas del Islam son unánimes en materia de ‘Aqîda, coincidiendo todos los musulmanes en una misma cosmovisión. Sólo se apartan aquéllos que han sido contaminados por las doctrinas del libre albedrío y la antropomorfización. El grueso de los musulmanes está conforme con la exposición de at-Tahâwi, cuya obra ha sido bien acogida por los antiguos y por los contemporáneos”.

La extraordinaria y rápida difusión del Islam en sus primeros siglos de existencia hizo que se produjeran confusiones por el contacto con otras espiritualidades. Bajo esas influencias hubo intrepretaciones arbitrarias que fueron atajadas con las ‘aqîdas, estos pequeños textos que resumen el Islam original de modo que todo el mundo tuviera acceso a sus auténticas enseñanzas. Ése fue el contexto en el que at-Tahâwi escribió su ‘Aqîda. De ahí el tono polémico de algunos pasajes, un tono que fue desapareciendo conforme se iba asentado definitivamente el Islam e iba encontrando su propio modo de expresión y estilo en conformidad con sus fuentes. Gracias a esos debates, el Islam se definió a sí mismo y se posicionó frente a muchas cuestiones novedosas.

Hemos transcrito el texto del Imâm at-Tahâwi (en negrita) y lo hemos traducido (en cursiva), dividiéndolo en párrafos que van seguidos de observaciones necesarias para un entendimiento ámplio, aunque no exhaustivo, de la obra.

Transcripción

Vocales: a, i, u. El alargamiento se señala con un acento circunflejo (â, î, û). Las consonantes se pronuncian como en castellano (incluyendo la j y la z). La h es aspirada. Las consonantes enfáticas se subrayan: h, s, d, t. La g es gutural (como la r francesa). El apóstrofe (‘) indica el sonido gutural leve ‘áin. La ç es s silbante (como la z francesa). La ÿ es como la j francesa o inglesa. La dz es como la th inglesa y la sh es como la ch francesa o la sh inglesa.   La abreviatura (s.a.s.) debe leerse sallà llâhu ‘aláihi wa sállam, bendición y saludo dirigidos al profeta cada vez que se le menciona.

AL-‘AQÎDA AT-TAHÂWÍA

bísmil-lâhi r-rahmâni r-rahîm

Con el Nombre de Allah, el Rahmân, el Rahîm

Muhammad (s.a.s.) dijo: “Todo acto que no vaya encabezado por la mención del Nombre de Allah es estéril”. Por ello, el Nombre de Allah (Ism Allah) va al frente de las intenciones, las acciones y los escritos de los musulmanes. Allah es la palabra que designa al Uno Absoluto, el Creador de cada ser, el Activador del universo, el Real en todo. Él es la Verdad (al-Haqq), el nexo que conjuga la realidad en un mundo unificado bajo Su Preeminencia. Mencionar su Nombre (Ism) es pasar a ser consciente del Poder eterno, remoto y presente, que sustenta y rige cada momento y vertebra cada acontecimiento. El Corán nos dice: “Él es Primero y Último, Manifiesto e Inmanifiesto”. Y Él es una incógnita y una intuición universal e íntima, un desafio para el corazón y la mente del hombre, y es un reto para su inquietud y para sus fuerzas, un estímulo para todo lo que es el ser humano.

El musulmán se inspira en ese Océano Infinito que es Allah, y lo nombra preparándose para recibir conscientemente y acoger en su instante la inmensidad que se deriva de ese presentimiento de la profundidad y fuerza del Ser Libre que está en su propia raíz, de Allah el Rector de los Universos, la Realidad Inabarcable e Irrepresentable que da existencia, configura e integra, que sostiene y lo recupera todo: “Ése es Allah…, vuestro Único Señor”.

Mencionar su Nombre es sumergirse en el Poder determinante, la Voluntad inquebrantable, la Sabiduría que traba cada segundo de la existencia, llegando a la Grandeza que sugiere al entendimiento la fuerza contundente y seductora de la palabra Allah, que designa al Misterio Creador, de quien además decimos que es Rahmân, Desbordante, y es Rahîm, Acrecentador. Allah hace posible a cada ser y lo conduce a la plenitud: esto es lo que significan los términos Rahmân-Rahîm que acompañan la mención de su Nombre, para darnos una idea del caudal y fondo de esa Fuente.