Recuerdo de Mansur Escudero

Mansur, muchos le conocieron como el Presidente de Junta Islámica, como el Presidente de la FEERI o como el Secretario General de la Comisión Islámica de España durante casi 20 años. Otros le conocieron como el “médico de las agujas”, por su especialidad en la acupuntura china, pero nuestro querido hermano Mansur fue mucho más, especialmente desde su vertiente familiar, comunitaria y espiritual.

«Muchos le conocieron  como el Secretario General de la Comisión Islámica de
España durante casi 20 años».Foto: Mansur Escudero, Riay Tatary y el Ministro de Interior
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Padre de diez hijos y proveniente de una familia de educación católica se reía junto a sus amigos autodefiniéndose como el “líder marginal” mientras era el principal referente de la comunidad musulmana española desde los años 80 hasta la entrada del nuevo milenio. Como hombre de paz y concordia su deseo no fue otro que conseguir el reconocimiento y la igualdad de los derechos para la comunidad musulmana y en general para toda la diversa comunidad religiosa existente en España y para ello trabajó hasta ser uno de los principales artífices de la firma del Acuerdo de Cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica de España.

Desde una perspectiva espiritual nos regaló con su ejemplo recomendaciones para practicar las virtudes que caracterizan al buen creyente, tomando como ejemplo la vida y carácter del Profeta Muhammad y procurando, en la medida de la capacidad de cada uno, de llevarlas a la práctica en sus vidas cotidianas.

Gracias a Allah por habernos hecho posible estar aquí juntos con Mansur, en ‎hermandad, unidos en nuestros corazones y unidos en nuestras intenciones, gracias por haber guiado a esta comunidad, por haber sido nuestro Sheikh y abrirnos las puertas de tu casa y de tu corazón. Durante el Jutba de la Despedida, Mansur nos dejaba esta reflexión fundamental para los tiempos convulsos que vivimos:

“Alhamdullilah por este bendito regalo que nos ha ‎impuesto, por nuestro bien,
para que podamos purificarnos, para que aprendamos a ‎desprendernos de lo
superfluo, para que aprendamos a prescindir de lo que no necesita
mos, ‎para
que aprendamos a apreciar tantos regalos como tenemos en cada momento,
para que ‎aprendamos que la comida, los alimentos, la bebida, etc. son dones
sagrados, son dones que, ‎por su abundancia y su cotidianeidad, olvidamos que
son regalos que no todos los seres ‎humanos tienen; para que aprendamos el
favor de esos favores y aprendamos a refrenarnos ‎y a darle el valor que
tienen, para que aprendamos a no desperdiciar, a ser solidarios con ‎nuestros
hermanos y a ser conscientes de las necesidades que tienen otros seres
humanos ‎en todo el mundo; para que vayamos de la abundancia a la escasez,
para que recordemos ‎que nu
estra condición es la de siervos, la de necesitados
y la de precariedad”.

El legado de Mansur Escudero es tangible pero
también es intangible, habiéndonos dejado una serie de ideas fundamentales que suponen una conciencia y un estilo de vida consecuente con su línea de pensamiento.Foto: Sheikh Mansur Escudero, durante su última Jutba.
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El legado de Mansur Escudero es tangible, ahí están su casa, su mezquita, sus hijos y sus nietos, todos ellos gente de bien, ahí sigue la Junta Islámica, la organización pionera de musulmanes españoles que siempre ha  trabajado para conseguir la igualdad de derechos, el Instituto Halal, Webislam etc. pero también es intangible, habiéndonos dejado una serie de ideas fundamentales que suponen una conciencia y un estilo de vida consecuente con su línea de pensamiento.

Así nos decía en este Jutba, tras la finalización del Ramadán: “No por ‎mucho tener, no por mucho comer o por mucho beber, no por las muchas posesiones que se ‎tengan, se consigue la felicidad, en absoluto, es una carga. El saber estar en la precariedad, el ‎saber estar contentos con lo que Allah nos da en cada momento y con lo que nos quita, es la ‎clave y el secreto para ser feliz, porque esa es su voluntad. Por eso siento que este id tiene ‎una especial vinculación con nuestros hermanos africanos. Digo Níger, pero esa es la ‎denominación que han dado los colonialistas, pero no es Níger, es el pueblo de África, es el ‎pueblo ancestral que aún conserva, esperemos que por mucho tiempo, tradiciones tan ‎hermosas y tan valiosas que esperamos que no sucumban a la dominación y a la influencia de ‎eso que llamamos occidente, ese
mundo del consumo del despilfarro, de la falta de valores y ‎de la falta del
sentido de la vida. Ahí tenemos una reserva espiritual tremenda de gente de
‎conocimiento, de gente que está en estado de fitra y de sumisión. Para ellos y
para todos los ‎que están necesitados en este día y que quizás no tengan ni unos
dátiles que llevarse a la ‎boca en una fiesta como esta, le pedimos a Allah que
les de lo mejor en esta vida y lo mejor ‎en la otra, no en la medida en que
nosotros medimos las cosas, sino en la medida en que Él ‎mide las cosas, y que
nos dé a nosotros contentamiento con lo que tenemos y nos ‎incremente cada
instante en la conciencia de Él”.

Mansur era sencillo y abierto como su casa, el reflejo más fiel de su personalidad. Al mismo tiempo era un hombre de cualidades polifacéticas, siendo capaz de llevar a cabo multitareas, unas muy distintas de otras. Lo mismo estaba atendiendo a un periodista, que llegaba un paciente necesitado o que organizaba un Congreso para la Paz y la Alianza de las Civilizaciones. Satisfacer a dos mujeres, educar a una “familia numerosa de honor” tal y como lo categorizada el Libro de Familia, y liderar una comunidad a la vez que hacía todas las tareas laborales era algo que, desde luego, nos sorprendía a propios extraños.

Lo mismo estaba atendiendo a un periodista, que llegaba un paciente
que organizaba un Congreso para la Paz y la Alianza de las Civilizaciones.Foto: Sabora Uribe y Kamila Toby,  las mujeres de Mansur.
© Familia Escudero

Sin duda además de sus capacidades, fue su intención, su constancia, su confianza en Allah y el nutrido grupo de hermanos y hermanas que componían la comunidad lo que permitió mantener ese ritmo durante tantos años y a pesar de que por momentos fue de absoluta intensidad. La negociación de los Acuerdos, las presiones internacionales de países que querían liderar el Islam en España, el brutal asesinato de su esposa Sabora, la protección de la comunidad durante el 11-S y el 11-M o la negociación del Currículo de Enseñanza de la Religión Islámica en la Escuela Pública fueron episodios  importantes que Mansur y toda la Junta Islámica fueron capaces de encajar y sobreponerse a ellos con una cierta sencillez, esa que emana en los momentos de mayor dificultad tal y como nos recuerda Allah en el Corán.

Así describía Mansur la sencillez del Profeta Muhammad: “La ‎simplicidad en la que el vivió, la simplicidad del mundo en el que él se  desenvolvió, es lo que ‎permite que de él podamos coger un ejemplo arquetípico, un ejemplo que se pueda aplicar a ‎situaciones tan complejas como las que tenemos en nuestra
sociedad, porque su forma, su ‎sunna, que no es lo que hizo únicamente, sino como lo hizo, con qué intención las hizo y con ‎qué  expresión. Eso es la sunna y eso es lo que permite que un musulmán aquí en Andalucía, ‎en China o en África, con diferentes trajes étnicos o con diferentes lenguajes o con ‎diferentes comunidades, podamos hacer lo mismo haciendo cosas diferentes, porque la ‎sunna no está en vestirse con una chilaba o con un gorro, o hacer una cosa u otra, sino en ‎cómo se hace, como lo hacemos, con qué conciencia o intención lo hacemos. En la medida en ‎que esos actos los hagamos reflejando la forma en que lo hizo nuestro mensajero, ‎estaremos siguiendo la sunna, sino lo que estaremos haciendo será una burda imitación de ‎formas externas”.‎

Y quiero terminar este pequeño recordatorio de nuestro querido Mansur, nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro Sheikh, con este Dua que eligió durante la Jutba de la Despedida: “Le pido a Allah que nos mantenga en su sunna, que nos haga una comunidad basada en el ‎conocimiento, en la generosidad y la solidaridad y la justicia, que fortalezca a la umma y a la ‎comunidad de todos los creyentes, se dirijan a Dios con el nombre que sea, a todos los que ‎sinceramente le buscan, que a todos los que están sufriendo la injusticia les de paciencia y ‎que les haga ver y sentir que Allah es justo por encima de las formas y de las circunstancias de ‎nuestra vida en las cuales en algún momento nos pueda tener. ‎

Le pido que bendiga a todos los profetas y a todos los hombres de conocimiento, a todos los ‎que buscan la verdad, a todos los que enseñan, y pido que haga prevalecer la verdad sobre la ‎mentira, la justicia sobre la injusticia y que nos aparte del mal, que nos haga hacer sentir ‎detestable cualquier cosa que no sea de su agrado, que nos dé el gusto por lo bueno, que ‎nos haga estar contentos con lo que tenemos en cada momento, que nos libere del ‎sufrimiento, que nos haga sentir y ver la sabiduría de aquello que pensamos que puede ser ‎un sufrimiento o una enfermedad como una forma de avanzar en un camino mayor de salud.»

Alhamdu lillah wa ah-shukru lillah, Alhamdu lillah wa ah-shukru lillah
La ilaha illa allah, wahdahu la sharika lahu, lahu almulku wa lahu alhamd wa
hua ala kulli ‎shayn qadir.